lunes, 7 de abril de 2014

Trabajo propioceptivo en la prevención y readaptación de lesionados

1. Introducción:

La propiocepción ocurre por una compleja integración de impulsos somatosensoriales (conscientes e inconscientes) los cuales se transmiten por medio de mecanoreceptores, permitiendo el control neuromuscular del atleta (Childs, 2003; Buz, 2004).

Encontramos principalmente tres tipos de mecanorreceptores periféricos (musculares, articulares y cutáneos). Su principal función es detectar el grado de tensión y estiramiento muscular, enviando información a la medula y a posteriori al cerebro para su procesamiento. Esta información ya procesada es enviada a los músculos para que estos realicen los ajustes pertinentes en cuanto estiramiento muscular y tensión, alcanzando de esta manera un movimiento óptimo. Por tanto, podríamos decir, que el sistema propioceptivo actúa como un mecanismo de control de la ejecución del movimiento.


2. Importancia del trabajo propioceptivo:

a) Cuando sufrimos una lesión articular, se produce un deterioro del sistema propioceptivo, produciéndose un déficit en la información propioceptiva que llega al sujeto. Por tanto, el deportista es más propenso a sufrir nuevas lesiones deportivas y sufre una disminución en la coordinación de sus gestos deportivos.

b) A través del trabajo propioceptivo el atleta adquiere un mayor rendimiento en el ámbito deportivo, optimizando la utilización de los mecanismos reflejos, mejorando aquellos estímulos facilitadores que mejoran el rendimiento y disminuyendo los inhibitorios que lo reducen. Las adaptaciones en el sistema propioceptivo pueden producir mejoras en otras capacidades y viceversa, teniendo transferencia en capacidades como la fuerza, flexibilidad y coordinación. Por lo que no debemos delimitar el trabajo de esta capacidad por miedo a no mejorar otras que consideramos más importantes dentro de una modalidad deportiva específica.

3. Niveles de dificultad en el trabajo propioceptivo:

Debemos incrementar la dificultad y la intensidad del trabajo propioceptivo a lo largo de la temporada para producir las adaptaciones pertinentes y evitar posibles estancamientos. A continuación vamos a desarrollar una serie de variables que podemos introducir en nuestros entrenamientos para aumentar la dificultad de los mismos:

1. Ojos (al cerrar los ojos aumenta la dificultad de la actividad).
2. Nivel de inestabilidad de las articulaciones.
3. Nivel de inestabilidad corporal.
4. Aunar inestabilidad articular y corporal.
5. Apoyos.
6. Cargas de entrenamiento.
7. Estático/dinámico.
8. Ejercicios de la vida real.


- En el trabajo propioceptivo sería recomendable variar los estímulos empleados y utilizar todo el material disponible, así como realizar ejercicios estimulantes para el deportista, en los  que al mismo tiempo que trabajamos este sistema, estemos entrenando gestos deportivos específicos de la modalidad deportiva desarrollada por el mismo.

- Para los deportes colectivos, el entrenamiento en formato circuito resulta una herramienta muy recurrente para dar dinamismo a la sesión y evitar pausas indeseadas. El trabajo en parejas dentro del circuito puede dotar de un componente competitivo a nuestra sesión.

- En el trabajo individualizado, ya sea porque estemos hablando de deportes individuales o de trabajo específico con lesionados, sería recomendable priorizar en la sesión los gestos técnicos más recurrentes para nuestro atleta. Por ejemplo, en el caso de un lesionado del ligamento colateral interno de la rodilla podríamos proponer un trabajo en plataformas inestables (bossu, tobu, etc.) sobre un miembro inferior en el que el deportista deba realizar una recepción y devolver el balón, intentando nosotros obligar al deportista a realizar recepciones en posiciones que prioricen el trabajo propioceptivo de la estructura afecta.


4. Progresión de ejercicios de tobillo:

En este apartado vamos a desarrollar una progresión en dificultad básica de trabajo propioceptivo de tobillo para fútbol, que no requiere de excesivos materiales, ni de excesivo tiempo para su preparación:

1. En el suelo apoyo monopodal (a continuación ojos cerrrados).
2. Apoyo monopodal esterilla doblada.
3. Apoyo monopodal plataforma inestable (tobu o bossu).
a) Desequilibrando al jugador con objeto.
b) Lanzando un implemento al jugador que debe ser recogido por éste (importante lanzar con intención).
c) Lanzando balón a la pierna que no está realizando el apoyo monopodal (el jugador debe devolver el balón sin perder el equilibrio).
4. Circuito (con conducciones, desplazamientos a la pata coja, etc.) en el que el jugador tenga que ir a golpear el balón sobre una de la plataforma inestable.



5. Ejemplo de sesión de iniciación en el trabajo propioceptivo de rodilla y tobillo en el fútbol:

1. Equilibrio en tobu diez segundos sin flexionar la rodilla y diez segundos flexionando la rodilla (una vez con cada pierna)
2. Cinco saltos a la pata coja en tobu con cada piena.
3. Con un pie apoyado en cada tobu se realizan diez golpeos alternando pierna derecha y pierna izquierda.
4. Con un pie apoyado en cada tobu se realizan diez golpeos de manera que el balón sea lanzado por un compañero botando y sin determinar la pierna con la que se debe golpear.




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